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NAVIDAD y crianza. Sobre magia, verdad y otras yerbas navideñas.



En estas semanas he estado pensando mucho sobre cómo hablar de la Navidad con nuestros hijos. En este lado del globo las fiestas de fin de año coinciden con el fin de año escolar, las vacaciones, el verano, el tiempo libre, el descanso. Pero también con algunas pérdidas como dejar de ver a los amigos con regularidad, dejar de ir a la escuela, dejar de lado la rutina...

O sea, todo este combo le cae, sin anestesia, a los chicos el día que terminan el colegio/jardín.

Por eso me parece una época del año donde, si bien estamos cansados y tapados de compromisos, tenemos que estar más atentos a las demandas de nuestros hijos.

Tendremos entonces que poner en palabras lo que pasa, explicarles lo que se viene (con lujo de detalles, no decirles “vas a ir a la colonia” sino explicar qué es, con quién va a estar, qué se hace, etc), charlar sobre las cosas que nos dejó el año, sobre los proyectos para el próximo.

Entonces acá van algunas reflexiones que me parecen interesantes para trabajar con los chicos durante este mes de diciembre:


navidad

La “verdad” de la Navidad.

Más allá de la connotación religiosa, comercial y cultural es una época del año donde la frase más repetida por los adultos es ¿“Qué le pediste a papá Noel”?.

Cada padre es libre de elegir el cuento que quiera contarles a sus hijos respecto de los regalos de Navidad, pero es interesante cuestionárselo. ¿Realmente les queremos decir que viene un señor en trineo desde Alaska a repartir regalos para todos los chicos? ¿Usar esta historia como chantaje para que los chicos se porten bien? Cada uno hará lo que le parezca, pero me parece interesante cuestionárnoslo.

A todos nos encanta recibir y comprar regalos. Habla de pensar en el otro, de ponerse en sus zapatos e imaginar qué le gustaría recibir. O sea, conversaciones hermosas que podemos tener con nuestros hijos en lugar de esconder regalos por toda la casa, inventar excusas para ir de compras solos o disfrazar al tío con un traje de paño rojo, barba y gorro con 35 grados de calor.

La “magia” de la Navidad.


rituales de navidad

Hay algo detrás de esta fecha que nos atrapa a todos. La imaginación, la fantasía y la curiosidad.

Por eso les propongo acompañar a nuestros hijos desde los rituales:

Pequeños gestos, actividades, rutinas que hacemos en familia y nos dan un sentimiento de pertenencia.

Crear entre todos nuevas tradiciones, un armado del árbol distinto cada año, decoración navideña, recetas de navidad, un calendario de adviento, regalos hechos en casa para los amiguitos o la familia.

Son esos pequeños rituales que van a ir contando la historia de nuestra familia y que nuestros hijos van a transmitir, de adultos, a sus propios hijos o amigos.

Que sean las fiestas un momento de encuentro, sincero y real. Con la compañía que queremos, en el lugar que deseamos y con nuestros hijos como guías y maestros.

Porque al final yo no recuerdo ni un solo regalo que haya recibido para Navidad pero sí las cañitas voladoras, los chaski boom, los nervios de mi mamá cuando eran las 8pm y todavía no nos habíamos bañado, el gusto del vitel toné y el grito de “tápense los ojos que son las doce y estamos descorchando la sidra”.

Salud.

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