Cada niño es diferente, por esto es que cada etapa del desarrollo se dará de forma individual en cada uno de ellos. Hay que respetar los tiempos que a cada uno le toma alcanzar los nuevos logros. Los niños no necesitan que nosotros les enseñemos el camino, más bien que acompañemos el camino que ellos eligen seguir permitiendo un desarrollo autónomo y espontáneo.
Es normal, cuando nace un niño, que los padres esperen con ansias e ilusión el próximo paso del bebé: cuando sostenga la cabeza, cuando se siente, cuando camine... Y también es muy común que “ayudemos” a nuestros hijos a hacer movimientos que, por su edad, todavía no puede realizar. Así, por ejemplo, los sentamos protegidos y sostenidos por almohadones para que no se caigan, porque todavía no pueden mantenerse erguidos. Pero esta intervención no es necesaria y no favorece el desarrollo.
El movimiento libre basado en la actividad autónoma favorece en el niño el descubrimiento de sus propias capacidades, la utilización de sus propias adquisiciones, y el aprendizaje a partir de sus propios fracasos y logros. El rol que el adulto debe cumplir es el de acompañar el desarrollo promoviendo espacios de juego y objetos pertinentes para cada edad sin forzar o acelerar cada etapa.
Cuando respetamos su ritmo, sin anticiparnos, no esperando el siguiente paso, sino disfrutando de cada uno, el niño hace evolucionar sus movimientos. La genética permite a los niños hacer este proceso por ellos mismos.
Si nos tomamos el tiempo de observar con paciencia al bebe es su actividad libre, descubriremos el gran potencial del bebé en su actividad espontánea, su concentración, su insistencia para lograr un objetivo propuesto por sí mismo, la flexibilidad y variedad en sus movimientos, la autonomía y alegría que produce el sentimiento de competencia al realizar por sí mismo un movimiento que surge de lo profundo de su ser.
El beneficio de acompañar el desarrollo sin intervenir se podrá ver en la armonía y seguridad de sus movimientos. Los niños lograran alcanzar las diferentes posturas por si mismo y esto le permitirá volver con seguridad a la postura anterior. La exploración de sus movimientos le permitirá conocer su cuerpo, sus límites y hará madurar su cerebro. Con sus desplazamientos ampliará el conocimiento del espacio y sus posibilidades.
¿Cuál es nuestra función en el desarrollo de nuestros hijos? Debemos estar disponibles y ser predecibles, organizar el espacio físico, los juguetes y la ropa de acuerdo a las necesidades de cada uno. Es importante que el adulto pueda respetar sus tiempos y sus iniciativas.
Para que un niño pueda moverse en libertad necesita un adulto que se lo permita, que esté presente, con una mirada respetuosa, que no se anticipe a sus movimientos, que no compare ni juzgue, que espere. Es importante un adulto que ponga en palabras las acciones del niño, un adulto que favorezca su autonomía con respeto, amor, mucha paciencia y confianza en el proceso de cada uno.
Tips para acompañar el desarrollo de nuestros hijos: • Disponer de un espacio seguro y cálido para jugar con nuestros hijos. • Podemos poner una manta o colchoneta en el piso y colocarlo boca arriba. Esto favorece la exploración del entorno que lo rodea y la interacción de los adultos que estén con el. • Colocar objetos alrededor de él de forma que el bebe pueda alcanzarlos libremente. Ofrecer objetos que puedan sujetarse con facilidad de acuerdo a sus aptitudes. • El efecto que realiza un objeto debe ser consecuencia de la acción del niño y no de una programación en la fabricación. Así favorece el aprendizaje que el niño puede tener sobre efectos de sus acciones. • Los juguetes u objetos que le demos a los niños deben ser de una pieza, no desarmables. Por un lado, para evitar la peligrosidad de las piezas pequeñas. Por el otro, durante el primer año, el niño no es capaz de reorganizar las piezas separadas, lo cual puede generar una angustia innecesaria.
• La variedad de objetos promueve la manipulación, el contacto con diferentes texturas, pesos y materiales y a su vez desarrolla la capacidad de elección y las facultades intelectuales. • Es importante que el niño pueda accionar por si mismo sobre el juguete, esto ayudará al desarrollo de la atención, concentración y actitud de cuestionamiento. • Es recomendable durante el primer año de vida, objetos pequeños (pero que no puedan meterse totalmente en la boca), que no rueden para que no alejen fácilmente del niño y con fácil agarre para poder manipularlo. Las superficies irregulares resultan más interesantes. No deben ser muy pesados para que no le cueste levantarlo y mantener la exploración. • La ropa no debe impedir la libertad de movimiento en la exploración y el juego.
•Brindar tiempo de calidad con nuestros hijos. Es importante que dediquemos momentos del día para estar 100 % con ellos. Sin celular, sin trabajar, sin charlar con otro adulto, poniendo toda nuestra atención en jugar con ellos. Cuando uno se relaja y se deja llevar por el ritmo de los niños, ellos lo sienten y lo disfrutan.
Recomendaciones del desarrollo en cada etapa
De 0 a 3 meses:
• En esta etapa, la mejor forma de acompañarlos en el desarrollo es hablándoles, cantando y haciendo caricias.
• El momento de la lactancia es un momento único e importantísimo de contacto físico y visual entre la madre y el niño. • Desde el inicio colocar al bebé boca arriba no solamente durante el sueño sino también mientras esta despierto para que observe lo que lo rodea e interactuar con el entorno.
• Favorecer el intercambio en los momentos de juego y de cuidados cotidianos (cambios de pañal, baño, lactancia) • Las telas livianas (pañuelos) pueden convertirse en un elemento apropiado para su actividad, ya que le permiten sostenerlos y chuparlos con facilidad. • Está es una etapa de adaptación tanto para el bebé como para la familia. Tener paciencia es fundamental, de a poco aprenderán a reconocer sus necesidades y encontrarán las herramientas para poder acompañarlos.
De 3 a 6 meses:
• En esta etapa el niño es sumamente activo, por lo que se hace indispensable favorecer la libertad de movimiento y exploración en un espacio seguro y siempre con la mirada de un adulto responsable.
• Preparar un espacio seguro en el piso con una mantita o piso de goma eva para que pueda moverse libremente. • Seleccionar objetos adecuados a la edad para posibilitar el conocimiento de diferentes texturas, colores y formas, favoreciendo la manipulación y construcción del aprendizaje. por ejemplo: telas u objetos que puedan agarrar con sus manos como argollas de madera. No deben ser pesadas para que puedan levantarlas sin lastimarse.
• No es conveniente que permanezca mucho tiempo en el cochecito o asiento porque no permitirá que se mueva y explore el entorno. • Fomentar el intercambio con otras familias para socializar la crianza de los niños.
•Hablarles y contarles lo que estamos haciendo y vamos a ser, anticipándose lo que sucederá.
•Cantarles, jugar con las manos y hacerles muecas les divertirá y entretendrá por un rato.
De 6 a 12 meses:
•Está es una etapa en donde se dan importantes cambios en la motricidad gruesa de los niños. Recordar que nuestro rol es acompañar y proporcionar un espacio seguro para que ellos solos vayan explorando e incorporando nuevas habilidades.
• Cuando se empiezan a ver los primeros movimientos y desplazamientos, sería ideal disponer de espacios con desniveles y objetos para hacer rodar, para tirar y poder buscarlos como las pelotas.
• Evitar la televisión como elemento de entretenimiento valorizando el dialogo y el intercambio familiar. • Socializar con familiares y otros niños.
•Es la etapa donde se incorpora un nuevo hábito, el de la alimentación. Recordemos que al comienzo están conociendo los alimentos como algo nuevo que hasta el momento no conocían, para esto es importante dejarlos explorar libremente con ellos.
•Tratar de establecer rutinas que permitan a los niños anticiparse a lo que sucederá, esto les dará mayor confianza y seguridad. Por ejemplo, antes de ir a dormir podemos leer un cuento o cantar una canción.
De 1 a 2 años:
• Reforzar sus primeras palabras nombrando los objetos y señalarlos. • Nombrar las emociones que percibimos en el niño para ayudarlo a reconocer sus propios sentimientos. • Una vez incorporado, va a tener una mirada desde otro punto de vista. Ahora podemos ofrecer los mismos juguetes dentro de canastos o recipientes de diferentes tamaños que permitan que el niño seleccione con que quiere jugar.
• Jugar con el niño, hablar, cantar y leerle con frecuencia. • Mantener limpias las manos y empezar a enseñarle a lavárselas incorporando los hábitos de higiene.
• Darle cubos y recipientes que pueda apilar, llenar y vaciar, para favorecer el desarrollo de destrezas motoras. •Proponer juegos que permitan la exploración sensorial.
•Utilizar, además de los juguetes, objetos que permitan al niño crear su propio juego, materiales que le permitan explorar y realizar diferentes acciones con ellos. Por ejemplo: corcho, envases plásticos, tapas, cajas de cartón, pinzas...
• Durante el baño, dejarlo jugar con el agua, chapotear, salpicar, llenar y vaciar recipientes.
•Compartir la alegría que ellos manifiesta en cada uno de sus logros.
De 2 a 3 años:
• Leer y mirar libros con el niño y hablar sobre las imágenes que se ven. • Fomentar los sentimientos positivos y permitirle expresar los negativos: esto lo ayudará a distinguir sentimientos y emociones. • Dar al niño tares sencillas para fomentar su sentido de la responsabilidad, como guardar los juguetes en su lugar. • Favorecer el juego con otros, teniendo en cuenta que aún no comparten y se necesitan varios materiales para cada niño.
• De a poco aparecerá el juego simbólico, lo que les permitirá jugar e imitar haciendo “como si” fueran cocineros, maestros, doctores. Esto les permite representar el mundo adulto a través del juego. Acompañemos este juego dejando a ellos crear los personajes y la escena a representar.
• Es una época donde suelen aparecer los berrinches. La paciencia será nuestro mejor aliado. Elegir los NO, teniendo en cuenta que no podemos pasarnos el día diciendo que no a todo. Seamos flexibles y prioricemos el NO cuando se trata de la seguridad de ellos.
• Hasta los tres años los niños distinguen entre lo que está mal y bien, pero no pueden reconocer las consecuencias de sus actos. Por lo cual, al decirles NO a algo tenemos que acompañarlo con una sencilla explicación y poniendo el cuerpo, ya que la palabra sola no será suficiente aún.
De 3 a 5 años:
• En esta época comienzan a dejar los pañales, a veces un poco antes. Es importante acompañar sin presionar. Ellos irán mostrando señales de que están preparados para hacerlo. Es importante escucharlos y esperar a que ellos estén listos. No tetarlos ni enojarse cuando no lo logran.
• Conversar, escuchar y responder sus preguntas.
• Estimular el juego creativo y exploración sensorial
• Reconocer y alentar el buen comportamiento. • Ser tolerante con la curiosidad sexual. Si hacen preguntas responder de forma sencilla, acorde a su edad. Ellos irán preguntando de acuerdo a su capacidad de comprensión sobre el tema.
• Estimular la sociabilización. • Permitir y favorecer la autonomía en las cosas que son acorde a su edad. Promover que se bañe, vista, desvista y se lave los dientes solo.
No olvidemos que cada niño es único, por lo cual debemos acompañarlos en su desarrollo tomando en cuenta su individualidad, no sigamos un libro, miremos y escuchemoslos a ellos.
Pasemos tiempo con nuestros hijos, tomémonos el tiempo para jugar, hablar, reírnos con ellos. Esta será la mejor forma de acompañarlos en su crecimiento.
Ps. Maggie García Menéndez
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